viernes, 22 de junio de 2012

El águila y el milano




Un águila, abrumada con una pena, se sentó sobre las ramas de un árbol en compañía de un Milano. 

--¿Por qué-- dijo que el Milano,-- tienes una mirada tan pesarosa?--

--Busco-- contestó ella,-- un compañero conveniente para mí, y no he sido capaz de encontrarlo.--

--Acéptame-- respondió el Milano,-- soy mucho más fuerte que tú.--

--¿Y cómo eres capaz de asegurar los medios de vida por medio de los raptos?--

--Bien, yo a menudo he capturado y llevado a un avestruz en mis garras.--

El águila, persuadida por estas palabras, lo aceptó como su compañero.

Poco después de las nupcias, el águila dijo:

--Vuela y tráeme el avestruz que me prometiste.--

El milano, elevándose a lo alto en el aire, regresó con el ratón más lamentable posible, apestando por el tiempo que había estado sobre los campos. 

--¿Es esta-- dijo el Águila,-- la realización fiel de tu promesa a mí?--

El milano contestó:

--Por alcanzar tu mano real, no hay nada que yo no hubiera prometido, por más que yo supiera que podría fallar en la realización.--



Para quien está decidido a alcanzar un objetivo deshonestamente, no le importa hacer promesas falsas.

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